Argentina tendrá su primera Licenciatura en Nanotecnología a partir del año próximo.

Argentina tendrá su primera licenciatura en nanotecnología a partir del año próximo.

Esto representa «un gran paso del país ya que este tipo de tecnología, que comprende el mundo desde lo pequeño, tiene un gran potencial para resolver problemas en la sociedad y formar innovadores», destacó Alberto D’Andrea, director de esta flamante carrera en la Universidad Caece.

En Alemania ya existen 13 universidades que dictan carreras de nanotecnología, pero en Argentina -con 80 universidades con carreras informáticas y 12 con carreras sobre bio-tecnología-no había ninguna hasta ahora. «Por eso la creación de esta licenciatura es un paso cuantitativo para el país», subrayó D’Andrea, doctor en Química Biológica y profesor de la mencionada casa de estudios.

La flamante carrera, con una duración de cuatro años, obtuvo este año la firma del ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, para su reconocimiento.

Así, comenzará a dictarse oficialmente en marzo de 2017 en la sede de la universidad Caece, ubicada en Avenida de Mayo 866, en la Ciudad de Buenos Aires.

«Ya que es la primera carrera en su tipo en Argentina, y todavía no hay universidades públicas que la ofrezcan, las tarifas son promocionales para que ningún interesado en la nanotecnología se quede afuera», aclaró D’Andrea a Télam.

Uno de los conceptos que el especialista mencionó para dar a entender lo que implica la nanotecnología es el de «comprender el mundo desde lo pequeño».

«La nanotecnología tiene muchas aplicaciones, lo que pasa es que la mayoría de las personas no lo sabe. El sector de la electrónica, por ejemplo, está muy desarrollado y en este sentido los nanochips se usan cada vez más», agregó.

Pero no solo la nanoelectrónica, también hay otras tres áreas muy importantes: nanomateriales, nanomedicina y nanotecnología ambiental. «Con esas cuatro áreas funcionando armónicamente se puede dar solución a casi todas las necesidades primarias de la población», destacó el químico.

La creación de esta carrera también toma relevancia en el marco del Premio Nobel de Química, que se entregó la semana pasada a tres científicos por sus creaciones vinculadas con la nanotecnología: Jean Pierre Sauvage, James Fraser Stoddart y Bernard Feringa; de Francia, Gran Bretaña y Holanda, respectivamente.

En particular, se trató de «máquinas moleculares», una especie de motor eléctrico a escala microscópica que permitiría a futuro la creación de computadoras moleculares o robots microscópicos.

«En el mundo hay muchos problemas por el gran crecimiento de la población, pero esa problemática trae aparejada soluciones que implican un cambio de paradigma y la implementación de lo que se llaman tecnologías convergentes NBIC (Nanotecnología-Biotecnología-Infotecnología-Cognotecnología)», sostuvo D’Andrea.

Así, indicó que cada una de estas tecnologías construye desde lo suyo y con la carrera de nanotecnología el panorama es aún más alentador. «Esas cuatro tecnologías son las del siglo XXI, es ciencia y tecnología integradas que dan respuesta inmediata a problemas», remarcó.

Una de las particularidades de la carrera es que forma «innovadores tecnológicos» en el contexto de las tecnologías NBIC, destacó el directivo, por lo cual agregó que «no está aislada».

Asimismo, comentó que el 50% de las personas que ya se inscribieron vienen con una carrera universitaria ya terminada y en general se corresponde con la ingeniería mecánica, ingeniería electrónica y medicina.

«Los primeros egresados van a estar en el 2021, pero hoy en día se sabe que la licenciatura es un paso intermedio ya que después llegan las especializaciones, por eso la carrera dura cuatro años», dijo.

Por otro lado, el directivo comentó que están buscando becas para poder ofrecerlas a estudiantes de escuelas técnicas.

«Nuestra visión es formar innovadores nanotecnólogos, no solo decirles lo que tienen que saber. Además, apuntamos a que los nanotecnólogos formen una empresa, mientras que si quieren ingresar en una ya constituida puedan realizar allí una revolución nanotecnológica», concluyó D’Andrea.

 

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