EL GRAN DESAFÍO DE «LAS RENOVABLES» a ESCALA FAMILIAR . Un Gran Mercado que Espera Iniciativas

Argentina -Baja adopción de energías alternativas a escala familiar. –  Un estudio demostró que el 1 % de los productores utiliza paneles solares para reemplazar la red eléctrica y un 5 % se calefacciona con estufas mejoradas.

El IPAF Región Pampeana caracterizó el uso de diferentes fuentes de energía. 
En la Argentina, el 2017 fue el año nacional de las energías renovables. La iniciativa buscó fomentar su uso mediante el desarrollo de proyectos y el aumento en la obtención de energías limpias.

Como cierre del año, el IPAF Región Pampeana presentó un relevamiento que caracteriza el uso que hace la agricultura familiar de las diferentes energías. Realizado en 47 localidades de la región, demostró que el uso de energías renovables y artefactos eficientes es aún incipiente. De hecho, sólo el 1 % utiliza panel solar para reemplazar la red eléctrica y un 5 % calefacciona ambientes con estufas mejoradas.

Edurne Battista, especialista en energías renovables del INTA, señaló que la matriz energética que utiliza la agricultura familiar en la región pampeana es bien diversa. “De las 104 encuestas, solo el 1 % utiliza panel solar para reemplazar la red eléctrica, el 5 % calefacciona ambientes con estufas rocket o rusa y el 7 % utiliza molinos de viento para la extracción de agua”, indicó.

Para resolver la demanda energética, los agricultores familiares recurren a usos simultáneos de fuentes y artefactos. “Registramos alrededor de 30 artefactos para las funciones de cocción, calentamiento de agua, calefacción, bombeo de agua y refrigeración”, expresó Battista y agregó: “Esta diversidad de artefactos indica que los agricultores familiares tienen como estrategia disponer de varios tipos de artefactos. Así, cubren sus necesidades según el momento del año y las posibilidades económicas”.

Según el estudio realizado por el INTA, la diversificación de estrategias para acceder a fuentes de energía tiene que ver con que “el 48 % de los productores identificó frecuentes cortes de luz y que el 64 % consideró altos los costos de la energía. Además, en más del 30 % de los casos, un productor recorre al menos 10 kilómetros para comprar gas envasado, una actividad que podría explicar por qué la leña aparece como complemento en el 77 % de los procesos”.

De acuerdo con Battista, “este diagnóstico sirve como insumo para planificar estrategias de trabajo que den respuesta a los problemas relevados a partir del aprovechamiento de energías renovables para la energización rural”.

El 67 % de las familias encuestadas indicó residir en el ámbito rural, el 30 % en el periurbano y el 3 % en el urbano. “La ubicación geográfica y la cercanía a los puntos de generación de energía permiten también una caracterización de los usos energéticos”, analizó Sergio Justianovich, coordinador del Módulo de Desarrollo de Energías Renovables para la Agricultura Familiar y Unidades Productivas de Baja Escala del IPAF Región Pampeana.

“En las zonas periurbanas, como las del cinturón hortícola de La Plata, la matriz energética tiende a concentrarse en torno a la electricidad, mientras que una mayor distancia configura una matriz más diversa, donde la leña adquiere mayor importancia”, señaló Justianovich.

Battista: “Registramos alrededor de 30 artefactos para las funciones de cocción, calentamiento de agua, calefacción, bombeo de agua y refrigeración”.

En la Argentina, son muchas las comunidades que no tienen acceso a las redes convencionales de energía, situación que se agrava en zonas de baja densidad poblacional donde es muy costoso extenderlas. Allí, los equipos que funcionan con energía renovable significarían un gran paso para los agricultores.

“Es necesario diversificar el acceso a la energía para la agricultura familiar de manera situada y particular”, reflexionó Justianovich y añadió: “Tenemos el desafío de lograr que cada productor que reside en el campo pueda generar la energía necesaria para mejorar la calidad de vida, la salud y la seguridad alimentaria de su familia”.

En este sentido, Battista advirtió que antes de instalar un dispositivo es necesario hacer un análisis del requerimiento energético. Así, en función de la demanda se hace la búsqueda y propuesta de la tecnología más eficiente y adecuada.

“Si una familia necesita gas y tienen efluentes que provienen de la cría de animales, sabemos que eso puede ser aprovechado para la generación de biogás, por lo que avanzaríamos en el dimensionamiento de un biodigestor”, ejemplificó Battista y agregó: “Esto evitaría que dependa de la garrafa y que recorra muchos kilómetros”.

En la actualidad, las Pymes nucleadas en la Cámara de Maquinaria para la Agricultura Familiar (Camaf) comercializan artefactos para la generación de energías renovables. A la par, el IPAF Región Pampeana brinda talleres para la construcción de termotanques solares y biodigestores a pequeña escala.

 

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