POLEN. El Pequeño Tesoro Alimenticio. CALOR y SECADO, SECRETOS DEL ÉXITO

ALIMENTOS Y PROCESOS- APICULTURA  -El polen también es conocido como el «pan de las abejas». A mayor calor, más nutritivo es el polen.

Por: Víctor Manuel Holguín R., –  Unimedios Bogotá
Eliminar la humedad de este subproducto de las abejas ayuda a combatir las bacterias que lo contaminan y a incrementar sus compuestos naturales, útiles para retrasar el envejecimiento de las células humanas. El polen mejor secado y más digestible servirá como materia prima en la elaboración de alimentos de panificación, mermeladas y lácteos.

Del polen de abejas, pequeño tesoro alimenticio del que cada vez se descubren más beneficios, no solo depende la vida de las plantas sino también el sustento de 2.400 apicultores colombianos que producen 240 toneladas de este producto al año, ellos colectan estos granos minúsculos a través de mallas que ubican en las entradas de las colmenas.
Aunque las abejas lo utilizan para la alimentación de sus larvas, desde la Antigüedad se ha descubierto que este polvillo, también considerado como el “pan de las abejas”, es un alimento prodigioso para los seres humanos porque posee altos contenidos de proteínas, aminoácidos, lípidos y carbohidratos, nutrientes que aportan energía para el crecimiento y desarrollo del organismo.

De igual manera, estas partículas diminutas que dichos insectos forman con su saliva y transportan en sus patas traseras, poseen compuestos con actividad biológica dentro del organismo, como flavonoides y carotenoides (pigmentos naturales), así como compuestos fenólicos (micronutrientes de los vegetales) que protegen las verduras y frutas de los rayos ultravioleta del Sol, y que al ser consumidas por el hombre se convierten en antioxidantes, lo que ayuda a prevenir el cáncer, enfermedades cardiovasculares, de tipo cerebral y a reducir el proceso de envejecimiento.

El 60 % de la producción de polen del país se genera en la región cundiboyacense,Colombia, desde donde se distribuye a las tiendas naturistas, un mercado limitado y poco diversificado para un producto del que se obtienen 36 kg (kilogramos) por colmena al año, mientras que en España, Portugal o Argentina apenas se alcanzan los 8 kg.

Sin embargo, para ofrecerlo en el comercio es necesario eliminar su humedad, que alcanza el 20 %, e influye en su contaminación con hongos, mohos y bacterias (como Lactobacilos y Clostridium, que provocan diarrea o vómito. Dicho procedimiento se realiza en la actualidad con un proceso de secado, generalmente en hornos de madera.

Por ejemplo, Baudilio Suárez, uno de los grandes apicultores de Viracachá (Boyacá), quien produce hasta 3 k (kilos) de polen por colmena a la semana, expone el producto a temperaturas de 40° C (grados centígrados) durante 40 o 50 horas, pero en ocasiones no es suficiente para eliminar toda su humedad.

Al detectar esta problemática, Carlos Mario Zuluaga, estudiante de doctorado en Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia (UN) e integrante del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA), se dio a la tarea de determinar el proceso térmico o de secado más óptimo.

Por eso, aplicó proteasas comerciales que provienen de microorganismos (lactobacilos –con propiedades digestivas– y levaduras) y transforman las moléculas grandes del polen en unas más pequeñas para facilitar que sus nutrientes salgan más fácil de su caparazón, por eso el organismo humano las asimila mejor durante la digestión.

Mayor disponibilidad de nutrientes

Para el desarrollo de la investigación, el doctorando se concentró primero en encontrar el proceso térmico idóneo; así, en la planta piloto de vegetales del icta expuso el polen a temperaturas de 40°, 50° y 60° C durante seis horas en un secador eléctrico de aire.

De esta manera determinó que a 40° C, si bien se incrementan los compuestos bioactivos porque se ablanda la capa externa de las micropartículas de polen, no se favorece la eliminación de microorganismos, pues todavía presentan humedad y siguen siendo susceptibles a contaminación.

Caso diferente sucedió cuando se expuso a 50° y 60° C, que se obtuvo una reducción significativa de mohos, levaduras y bacterias; también se observó un incremento del 53 % de contenido de compuestos fenólicos y 57 % de flavonoides; además, la actividad antioxidante aumentó en un 50 %, y la digestibilidad, en un 17 %.

Para valorar el efecto que el producto expuesto a dichas temperaturas provocaba en el sistema digestivo, el ingeniero Zuluaga realizó una simulación a través de ensayos in vitro; para ello recurrió a la espectroescopía, un proceso en el que se utilizan reactivos que alteran el polen, y de esta manera miden su coloración, las intensidades fuertes indican mayor cantidad de compuestos. Para la medición del secado, comparó el peso del polen después de someterlo a las diferentes temperaturas, un peso menor significa menor humedad.

En cuanto al factor de digestibilidad, se realizó un procedimiento que calcula la cantidad de proteína del polen que las enzimas (proteasas) asimilaron; es decir, simuló la cantidad de moléculas o protenínas que pasaron por el intestino y las que fueron procesadas para obtener los nutrientes.

“Tal proceso lo podemos entender con un ejemplo en el que el polen es un coco y la enzima aplicada es un martillo que rompe su parte dura”, explica el investigador.

Materia prima para alimentos funcionales

Con los resultados de la investigación, el Programa Estratégico en Alternativas para la Generación de Valor en Productos Apícolas en Colombia –liderado por el ICTA y financiado por Colciencias– está realizando la transferencia de conocimiento en las zonas de producción y procesamiento de polen del país, de manera que la cosecha y el secado del producto favorezcan su calidad.

Al respecto, la profesora Marta Quicazán, directora del grupo Aseguramiento de la Calidad de los Alimentos y Desarrollo de Nuevos Productos del ICTA, destaca que con la investigación adelantada por Carlos Mario Zuluaga se pretende que el polen sirva como materia prima en la elaboración de alimentos como galletas, barras de granola, pulpas de fruta, jugos y productos lácteos.

“Un polen mejor secado y más digestible beneficiará también los ingresos de los apicultores porque podrán diversificarlo en otros productos nutritivos y saludables que forman parte de una creciente tendencia en el mercado de los llamados alimentos funcionales”, resalta la docente. Así, apicultores como don Baudilio podrán duplicar la producción de polen y generar mayores ingresos para un sector que sigue siendo promisorio en el desarrollo rural de Colombia.

Polen de abeja: propiedades y beneficios

El polen de abejas es un pequeño tesoro alimenticio del que cada vez se descubren más sustancias nutritivas. Su compleja composición contiene valiosas enzimas, vitaminas y minerales que hacen de él un complemento ideal para reforzar el sistema inmunológico especialmente en épocas de cambio de estación.

Un complemento reconstituyente

Una variada lista de enzimas, que forman las proteínas, el material básico de todas las células, que regulan y activan los procesos vitales del organismo, están presentes en esta joya de la naturaleza: diastasa, amilasa, catalasa, diaforasa, dihidrogenasa láctica, pectasa, fosfatasa y sacarosa entre otras.

Por otro lado contiene vitaminas A, D, E, B1, C, K, colina y rutina, así como otras que no se han identificado todavía. Y también una completa lista de minerales y oligoelementos: sodio, potasio, magnesio, calcio, aluminio, hierro, cobre, cinc, manganeso, plomo, sílice, fósforo, cloro y azufre. La combinación de todos ellos juntos, que no se encuentra en ningún otro alimento natural o suplemento preparado, hacen de él una fórmula óptima para reconstruir toda clase de tejidos, debido a su alto valor nutritivo.

Más que un alimento

El polen es mucho más que un concentrado de vitaminas y minerales. Además de nutrir y aumentar la actividad enzimática, esencial para el buen funcionamiento del metabolismo, equilibra el ph de la sangre y aumenta la hemoglobina, por lo que es un buen regenerador sanguíneo.

Pero todavía hay algo más importante: el conjunto de sus elementos interfiere y facilita procesos fisiológicos relacionados con una acción antimicrobiana. Según algunas experiencias clínicas se sabe que junto a otros productos de las abejas como son el própolis y la jalea, actúa contra las bacterias, levaduras y hongos. Se ha tratado de aislar estos principios activos, pero se ha visto con claridad que actúan como inhibidores cuando están todos juntos. Resulta pues ser preventivo y adecuado contra numerosas infecciones.

De muy fácil asimilación

El polen está compuesto de unos glucósidos que apenas necesitan digestión, sino que pasan directamente del estómago a la corriente sanguínea, mediante el fenómeno de la persorción: se puede observar su presencia en la sangre y en la orina solamente dos horas después de ingerirlo. Por esta razón se recomienda tomarlo fuera de las comidas y especialmente en ayunas, para obtener un eficaz y rápido reparto de nutrientes.

¿Para qué casos está indicado?

Las “curas” de polen durante cierto tiempo son muy adecuadas para recuperar fuerzas después de estados convalecientes, en casos de fatiga o cansancio crónicos o semicrónicos, astenias primaverales u otoñales, debilitamientos en general, apatías y anemias, ya que aumenta la producción de hemoglobina, en pocas palabras, renueva la sangre.

Es un buen ayudante para el hígado: sus glucósidos predigeridos aumentan y facilitan la formación del glucógeno que se almacena especialmente en este órgano, de ahí su ayuda para  cansancio o la anemia antes mencionados. Por otro lado se ha observado un efecto corrector en altos niveles de colesterol.

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¿Cuándo conviene realizar la cura?

Aunque cualquier momento es bueno para hacer un refuerzo nutricional, se recomienda especialmente, estando en condiciones normales de salud, realizarlo en épocas de cambio de estación, preparando así al cuerpo para hacer frente a las nuevas solicitudes que el organismo requiere responder ante los cambios de clima.

Dependiendo de cada persona, según su constitución, su estilo de vida y alimentación, se puede prolongar más o menos, según se vayan notando los efectos. Pero cualquier cura necesita al menos un mínimo de tres semanas, aunque lo más eficaz sería entre seis y diez.

Algunos naturópatas proponen hacerlas antes de las estaciones del polen, esto es primavera y otoño, o bien recién empezadas (por cierto, se ha comprobado que también puede actuar a modo de “vacuna” o antídoto para las alergias al polen) de cara a prepararse para estas estaciones que suelen afectar más a las personas sensibles.

En caso de enfermedades crónicas cualquier momento es bueno, aunque parece que es  mejor aprovechar los meses de adaptación al nuevo clima, pero entonces el tratamiento debe durar al menos tres meses para percibir un cambio notable.

Para preparar las defensas, basta con seis semanas durante la primavera o el otoño. Es bueno hacerlo una o dos veces al año.

Cómo tomar el polen de abeja

Las tomas pueden ir desde media cucharadita para los niños, a partir del año, hasta tres  completas para adultos durante el día, mejor fuera de las comidas, solas o bien ingeridas con alimentos que también contengan enzimas y nutrientes vivos, como yogurt o zumo de frutas recién exprimidos.

Si lo dejamos actuar a sus anchas lejos de las digestiones, se aprovechará mejor, ya que estas requieren mayor aflujo de sangre y actividad en el estómago, y no quedará diluido entre los jugos gástricos.

Como es rico en hidratos de carbono, es preferible tomarlo por las mañanas, para que tengamos todo el día para “quemar” la energía que nos proporciona. Muy importante: consumido a estas horas reduce la apetencia de los dulces durante el resto del día.

Tengamos en cuenta también observar la alimentación esas semanas, y no tomar demasiadas grasas o azúcares que podrían entorpecer la labor de este preciado suplemento.

¿Pueden tomarlo los diabéticos?

Los diabéticos de tipo uno y dos se beneficiarán de la vitaminas que contiene porque repara los tejidos de las heridas a las que son propensos y evita infecciones, se refuerza la inmunidad con los antioxidantes, y su complejo vitamínico del grupo B les ayudará a recuperar la energía.

Si toleran la fructosa, también toleraran sus glucósidos, además su impacto es mucho menor porque están mezclados con muchos otros componentes. A la larga, sustituyendo una parte del consumo de fructosa permitido para cada caso, ayuda a regular la glucosa

Rosa Grabal

Un comentario sobre «POLEN. El Pequeño Tesoro Alimenticio. CALOR y SECADO, SECRETOS DEL ÉXITO»

  1. Alguna vez escuche que si se es alergico , como yo tengo alergia respiratoria , no podia consumir polen , es cierto esto ?

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