«EL NIÑO» VIENE AGRESIVO. PREVIENEN EN MÉXICO. TODO EL HEMISFERIO DEBE ESTAR ALERTA.

EL NINOEl 27 de agosto pasado el director del Ideam, Omar Franco, dijo que “el fenómeno ‘El Niño’ se ha intensificado en los últimos meses y que las agencias internacionales indican que estaría presente hasta el primer trimestre de 2016”.

Ese mismo día, Franco dijo que “se espera para el trimestre agosto-septiembre-octubre, déficit de lluvias superior al 60% en La Guajira. En el resto de la región Caribe se estiman déficits entre el 40% y el 60%, excepto en el Urabá, donde las condiciones de lluvia serían cercanas a lo normal”.

Cardique emitió ayer un boletín similar originado en la reunión de Franco con los alcaldes de Bolívar. Allí reiteró el giro de El Niño hacia más sequía hasta el primer trimestre de 2016 y dijo que “no nos coge por sorpresa y por esa misma razón debemos señalar que es muy importante que se reactiven los planes de contingencia” y añadió que “en este trimestre (El Niño) va a pasar de moderado a fuerte y en una condición que afectará aún más a la zona Caribe, particularmente a 26 municipios del centro y norte de Bolívar que pueden verse afectados por desabastecimiento”.

Lo grave de este El Niño no son solo sus consecuencias inmediatas, sino que estos fenómenos van y vienen, cada vez peores y más frecuentes, y aún no hay medidas de fondo del Gobierno nacional. ¿Dónde están los pozos profundos anunciados por el Gobierno en un pasado reciente? La retórica no produce comida ni calma la sed.

Además de las advertencias de Cardique, obvias pero necesarias, de ahorrar agua y de prevenir incendios en el campo, la sequía ahora será más perversa, especialmente con los campesinos porque tendrán menos ingresos y menos comida, y al igual que los citadinos, tendrán que pagar mucho más por la importada, también encarecida por la escasez y por la tasa de cambio en Colombia ahora que el dólar se trepó. Y también sufre la seguridad alimentaria, que en el país no es una política, sino un rótulo hueco que se usa según convenga.

La temperatura en Bolívar y en Cartagena subió 1,6 grados centígrados en el último año, lo que quiere decir que habrá más sed cuando haya menos agua disponible para tomar y para bañarse, y también querrá decir que en algunos parajes lejanos la gente se enfermará por tomar agua de jagüeyes cuando ya esté dañada, por pura necesidad. El Ideam advirtió que aunque puede llover algo de aquí a diciembre, será mucho menos de lo usual.

Tampoco vemos una política seria para usar energías alternativas, sino una amenaza de la Creg contra esta, que si la hubiera como política nacional y en conjunción con pozos profundos, produciría energía para extraer agua para uso humano y hasta para un riego agrícola eficiente, por ejemplo, por goteo.
Sería muy positivo que pasáramos a la acción para no ser víctimas otra vez de una tragedia anunciada y repetitiva.

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