EL GRAN DILEMA. RETRASAR O NO LA SEGUNDA DOSIS —

William Petri, profesor de Medicina de la Universidad de Virginia señaló en un artículo en The Conversation que es importante mantener el tiempo estipulado por los creadores de las vacunas entre vacuna y vacuna ya que es un enfoque probado para generar una respuesta inmunitaria eficaz para la inmunización contra el coronavirus.

No obstante, un nuevo peligro se podría sumar como consecuencia de aplazar la última inoculación. El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos afirmó en el panel virtual del Foro Económico Mundial estar “preocupado” debido a que si se tiene una eficacia subóptima “podría paradójicamente, estar seleccionando más mutaciones”, variantes del virus llamadas “de escape” detectadas por primera vez en Sudáfrica caracterizadas por su capacidad de combatir los anticuerpos administrados por la vacuna.

La gran preocupación de Andrew Read, microbiólogo evolutivo de la Universidad Estatal de Pensilvania es que, si se alarga el intervalo de dosificación, esto podría acelerar la aparición de tales mutantes al crear un grupo de personas subinmunes que “tienen suficientes anticuerpos para ralentizar el virus y evitar el desarrollo de síntomas, pero no lo suficiente para eliminarlo”. Read afirma que estos individuos podrían incubar virus con mutaciones que les permitan esquivar los anticuerpos inducidos por la vacuna.

 

Sin embargo, los expertos de SAGE y de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, sus siglas en inglés), explicaron que, si bien existe esa posibilidad teórica, el riesgo es lo “suficientemente pequeño” para no generar un mayor problema en contener la diseminación de la enfermedad.

Chris Whitty, asesor científico del Departamento de Salud y Asistencia Social de Inglaterra señaló junto a otros expertos que las personas tendrán una protección “bastante superior al 50%” después de una primera dosis de vacuna, lo que sería suficiente para mantener la pandemia bajo control.

Los CDC establecieron que “la segunda dosis debe administrarse lo más cerca posible del intervalo recomendado”. Sin embargo, “si es imposible de cumplir, la segunda dosis de las vacunas puede programarse para su administración hasta seis semanas (42 días) después de la primera dosis”.

La Tercera

 

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