CULTIVAN CANNABIS en la FACULTAD. Finalidad Terapéutica

Cannabis en la universidad
Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata obtuvieron la aprobación del Ministerio de Salud para cultivar cannabis con fines científicos. De esta manera, podrán estudiar de manera integral el proceso de producción, obtener mejores variedades de la planta y lograr una caracterización de los aceites medicinales con destino terapéutico.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS – En noviembre del año pasado, tras un largo debate impulsado por organizaciones sociales e investigadores que trabajan en el tema, se aprobó la nueva reglamentación para la Ley 27.350, que regula el uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Esta normativa busca resolver algunas limitaciones que tenía la ley, sancionada en 2017, así como su primera reglamentación, lo que seguía dificultando a usuarios e investigadores el acceso al cultivo.

Si bien se continúa trabajando en la redacción de una ley superadora, la nueva reglamentación permitió algunos avances, ya que, entre otras cuestiones, autoriza el autocultivo de cannabis con fines medicinales, amplía su utilización más allá de la epilepsia refractaria y fomenta la investigación científica y la producción pública. Gracias a este nuevo marco legal, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) acaban de obtener la autorización por parte del Ministerio de Salud de la Nación para cultivar cannabis con fines científicos y avanzar en el conocimiento de su uso medicinal.

“Esta aprobación es importante para nosotros porque, si bien hemos estado trabajando en la caracterización de aceites provenientes de cultivadores, no podíamos estudiar el proceso completoporque el marco normativo no era claro. El objetivo de nuestro proyecto es hacer la trazabilidad de todo el proceso: el cultivo, la cosecha, el secado, el acondicionamiento, la extracción del aceite, la caracterización y el control de calidad”, dice a TSS el doctor en Ciencias Agrarias Christian Weber, prosecretario de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNLP y responsable técnico del proyecto.

Las variedades utilizadas en este proyecto provienen de dos cepas cedidas por empresas de Uruguay y Colombia.
En la investigación participan científicos de las facultades de Ciencias Agrarias y Forestales, y de Ciencias Exactas y Naturales (UNLP), profesionales de la salud y miembros de organizaciones sociales, como Indecann. Weber cuenta que la nueva legislación facilitó las cosas y el proceso de aprobación no demoró demasiado, ya que presentaron el pedido a principios de enero y la obtuvieron esta semana.

Las variedades utilizadas en este proyecto provienen de dos cepas cedidas por empresas de Uruguay y Colombia que se dedican a la producción de cannabis medicinal. A partir de ahí, los investigadores realizarán una trazabilidad de todo el proceso de producción para evaluar si hubo alguna modificación en los perfiles a partir de la utilización de distintos métodos de cultivo y analizarán la inocuidad del aceite. El objetivo es que pueda ser utilizado por profesionales de la salud para realizar ensayos clínicos.

A raíz de las características del cannabis y del halo del paradigma prohibicionista en el que sigue estando envuelta la planta, gran parte del conocimiento que hoy se tiene sobre este cultivo proviene más de los saberes populares que del ámbito académico. “En la investigación de cannabis se da un hecho paradigmático, que yo celebro, que es el intercambio de saberes entre la academia y la sociedad. Esto es común en los campos de investigación-acción de las áreas de extensión, pero no en la investigación de las ciencias duras, donde estamos formateados en el uso del método científico y en la falacia de que la academia hace una suerte de derrame en la sociedad. En cambio, esto nos trae un formato diferente, es un lindo desafío”, afirma Weber.

 El Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Semillas (INASE) firmaron una resolución que autoriza la inscripción de variedades de cannabis para uso medicinal y de investigación.
Ahora que los investigadores cuentan con la autorización para cultivar, el próximo paso es conseguir financiamiento. Si bien ya tienen la capacidad instalada y el equipamiento para hacer las determinaciones, no podían avanzar en la parte previa del proceso por no estar aprobado el cultivo dentro del ámbito universitario. De todos modos, el investigador explica que el contexto pandémico también complica el desarrollo de la investigación, aunque esperan poder avanzar más durante el segundo semestre.

Otra noticia reciente que facilita la investigación en cannabis fue que el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Semillas (INASE) firmaron una resolución que autoriza la inscripción de variedades de cannabis para uso medicinal y de investigación. “Eso también nos abre una puerta para trabajar en fitomejoramiento de variedades de cannabis y ver qué efectos que tienen cada una según la dolencia que se quiera tratar”, indica Weber.

Por lo pronto, comenzarán a trabajar en el cultivo, que estará situado en la Estación Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP. Para eso, trabajarán en construir un protocolo para los controles de calidad, tanto del proceso de cultivo como de la extracción de aceites, basados en la experiencia en el armado de protocolos de la unidad de producción pública de medicamentos que tiene la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP. “Calculamos que para el año que viene podríamos tener algunas muestras con cierto grado de estandarización como para que los profesionales de salud puedan iniciar ensayos clínicos”, finaliza Weber.

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