AUTOS ELÉCTRICOS ¿Son Más Económicos?

El sector del transporte es considerado como el último bastión del petróleo que poco a poco, languidece

Aviones, automóviles y camiones consumen todos los años millones de litros de gasolina y gasoil. De hecho, el sector del transporte es considerado como el último bastión del petróleo que poco a poco, languidece. Las refinerías han empezado a adaptarse a esta situación rediseñando sus instalaciones con ampliaciones y mejoras para maximizar su propia producción de combustibles para el transporte.

Y es que las cifras son claras. Según los datos publicados en el BP Statistical Review de la revista World Energy, el 70% de los combustibles líquidos consumidos en Estados Unidos en 2017 pasado fueron gasolina o gasoil.

La alternativa eléctrica
Frente al consumo de combustibles y sus efectos sobre el medio ambiente pero también de su coste económico, el crecimiento del coche eléctrico es cada vez mayor, superando muchos de sus límites.

La flota mundial de vehículos eléctricos compensa cada año alrededor de 100.000 barriles diarios de combustible para el transporte por carretera, la mayoría de gasolina, según un informe de Bloomberg New Energy Finance.

Las estaciones de servicio frente al cambio

Porque el coche eléctrico no es el futuro, sino una realidad que ya disfrutan muchas personas. Las ventas de vehículos eléctricos durante el mes de agosto alcanzaron en España las 1.378 unidades, parece poco, pero supone un crecimiento del 115,6% si se compara con el mismo periodo de 2019. En lo que respecta al periodo acumulado, también destaca un ascenso de los registros y entre enero y agosto se vendieron 8.870 vehículos eléctricos.

Por qué cambiar a un coche eléctrico
Desde una perspectiva personal y global, el cambio al coche eléctrico aporta muchas ventajas, aunque también el handicap de usar un producto relativamente nuevo y que no está generalizado.

De forma global, conseguir que la flota de vehículos a gasolina se convierta en una flota de vehículos eléctricos mejorará nuestra calidad de vida y sobre todo, la del planeta, contribuyendo de forma práctica en la lucha contra el temido cambio climático.

De forma individual, disfrutamos de un método más económico de transporte, aunque si requiere ciertos cambios logísticos importantes para convertirlo en un modo de transporte alternativo total, válido para todo tipo de viajes, tanto a corta distancia, como donde más se está avanzando a media o larga distancia. Es decir, de pasar de un vehículo urbano a cumplir todo lo que buscamos cuando compramos un coche.

El tipo de conexión es otro dilema a resolver en la industria

Y es que, el cambio al coche eléctrico no depende tan solo de la venta de vehículos. La sociedad y sus infraestructuras tienen que adaptarse. Así, el crecimiento de puntos de suministro de electricidad para los coches eléctricos, no solo en ciudades, sino cubriendo la totalidad de la geografía española es tan importante.

La apuesta decidida por este medio de transporte en España y la Unión Europea está llevando a que lo que parecía lejano hace unos años sea una realidad y podamos viajar largas distancias gracias a la mayor autonomía de estos vehículos como por las crecientes capacidades de carga, pero ¿Es rentable?

Qué hay detrás del costo del coche eléctrico
En líneas generales los coches eléctricos o EV -por sus siglas en inglés, Electric Vehicle- son más caros que los coches de gasolina, pudiendo llegar a suponer un sobrecoste de unos 5.000 ó 15.000 euros por el mayor precio de las baterías. Este precio puede ser inferior si el modelo viene sin batería y puede ser alquilada.

A pesar de ello, la mayoría de los clientes creen que esta diferencia de precio entre los coches de gasolina y los coches eléctricos se puede compensar mediante el ahorro de combustible, pero para tener claro el coste total de un coche eléctrico y si compensa o no su compra, deben ser tenidos en cuenta otros aspectos como:

Reparaciones: los coches eléctricos por su propio sistema, carecen de embrague, filtros o correas de distribución por lo que su mantenimiento es más sencillo que el de un coche convencional y mucho más económico. En este sentido, el coche eléctrico podría suponer un ahorro de un 25% sobre el vehículo de gasolina. Una diferencia que se hace mayor si la comparativa se realiza con un coche diésel, ya que sus reparaciones son todavía más costosas.
Impuestos: el despegue del sector del coche eléctrico y sus efectos positivos para el planeta y el medio ambiente, provocan que, en determinadas ciudades, los vehículos eléctricos disfruten de ventajas fiscales, con descuentos en el Impuesto de Circulación que pueden llegar a alcanzar el 75%.

Pero, ¿cuánto consume en realidad un coche eléctrico?
Pero la clave del ahorro está sin duda en su consumo. Se trata del punto más importante a tener en cuenta. Sin necesidad de hacer cálculos, es sabido que los motores eléctricos son mucho más eficientes energéticamente que los motores a combustión.

Por ejemplo, a la hora de recorrer 100 kilómetros, un coche diésel habrá consumido unos 4 litros, mientras que un coche de gasolina habrá gastado algo más. Teniendo en cuenta el precio actual de la gasolina y del gasóleo A, el más barato, cada coche habría gastado unos 5 euros de gasolina y unos 4 euros de diésel, respectivamente, de modo que se podría establecer una media de 4,5 euros. 

En cambio, un vehículo eléctrico para el mismo trayecto de 100 kilómetros consumirá unos 13 kWh de sus baterías. Poniendo un precio de la energía doméstica diurna de 0,158 euros por kw, hacer 100 kilómetros costará unos 2,054 euros antes de impuestos. Por lo que podemos afirmar que conducir con un coche eléctrico supone menos de la mitad del gasto de un coche tradicional de combustible.

«El ecosistema y la salud están relacionados.”
Además, este no es el precio más barato al que podremos cargar nuestro coche eléctrico. Si lo hacemos a las horas valle, por la noche o si disponemos de un acumulador de energía, el precio por hora puede descender hasta la mitad, alrededor de los 0,079420 euros por kWh de la tarifa One Luz Nocturna. Con lo que 100 kilómetros en ciudad todos los días recargándose en el mejor tramo horario supondría unos 37,48 euros al mes, incluido el IVA.

En este cálculo no tenemos en cuenta otros términos de nuestra factura eléctrica, como la potencia (término fijo) ya que va asociado a la totalidad de nuestro servicio. Por lo que comparando exclusivamente los 130-150 euros de un vehículo de combustión tendríamos un ahorro de un 75%, pagando una cuarta parte de lo que lo hace un vehículo diesel o gasolina.

Consumo urbano frente a grandes desplazamientos
Elegir las mejores tarifas que nos permitan recargar nuestro vehículo fundamentalmente en tramos de coste reducido es la forma de maximizar el ahorro. Pero, ¿qué pasa si nos desplazamos lejos del punto de recarga del hogar?

En este caso debemos usar las cada vez más comunes electrolineras. Sus precios, aunque varían entre puntos de recarga, son bastante más elevados, entre 0,30 y 0,50 kWh impuestos incluidos, por lo que una recarga equivalente a 39 kWh, 300 kilómetros de viaje, nos costaría entre 11,70 y 19,5 euros, frente a los 13,50 – 15 euros de media de un vehículo diesel o gasolina.

Un cambio de tecnología que afectará la industria y la cultura

Esta diferencia tan importante hace que sea importante varios puntos. En primer lugar la planificación, en la búsqueda de los mejores puntos de conexión con las tarifas más económicas. En segundo lugar, cuando vamos a lugares frecuentes, como segundas residencias, la importancia de tener tanto un punto de recarga como una tarifa adecuada para conseguir mejores precios.

No obstante, aunque el costo es bastante equivalente al del vehículo de combustión (algo más barato o algo más caro, dependiendo del punto de repostaje usado) la tendencia es también clara y positiva. Cada vez hay más electrolineras y más económicas, por lo que en el medio plazo también el coche eléctrico se impondrá con claridad en los desplazamientos largos con respecto al coste del consumo.

En resumen, el coche eléctrico puede ser más caro que uno convencional en primera instancia debido a su inversión superior por el costo de sus baterías. Pero su importante ahorro en consumo, especialmente en ciudad, le convierte en una inversión rentable, con todos los beneficios de adaptar la tarifa eléctrica a sus tiempos de recarga, pero también cada vez lo es también más incluso en desplazamientos lejos de nuestro hogar, donde la planificación previa de la ruta y la elección de los puntos de recarga con mejores tarifas sigue siendo fundamental.

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