UNA LÍNEA FÉRREA QUE CRUZARÁ SUDAMÉRICA EN FORMA HORIZONTAL.

Brasil-Bolivia-Perú. DIEZ MIL MILLONES DE DÓLARES.  EN COMPETENCIA, ALEMANES , SUIZOS  y CHINOS.

Por Petra Krimphove, Berlin

Empresas suizas y alemanas compiten por obtener un proyecto de diez mil millones de dólares en Bolivia: la construcción de una línea férrea que cruce Sudamérica en horizontal. Un concepto al que apuesta el presidente de Bolivia, Evo Morales. Los chinos, también en liza.
Michele Molinari, experto suizo de trenes, se reunió hace poco con la embajadora boliviana en Berlín. El tema: la propuesta suizoalemana del enlace férreo sudamericano. A finales de enero, Molinari y un representante de la empresa germana implicada en el proyecto presentaron detalles al propio presidente Evo Morales. “En realidad, teníamos solo 30 minutos”, indica el especialista a swissinfo.ch, y el doble de tiempo que se dio el dirigente andino lo considera como algo prometedor. Al final de esta conversación, Morales contactó a su ministro de Transporte para organizar una viaje a Europa.

“Un tren que atraviese el continente es un gran y viejo sueño sudamericano”, recuerda Michele Molinari. Las vías férreas del proyecto deben conectar al Atlántico con el Pacífico. Su punto de partida debe ser el puerto brasileño de Santos. De allí, el tren, según los planes, debe recorrer 4 000 km de distancia para llegar a Santa Cruz de la Sierra, en el Altiplano boliviano y finalmente continuar su recorrido para llegar al puerto de Ilo, en Perú. Por ahora, un grupo de ingenieros estudia la vía óptima del trayecto.
Algunos tramos podrían enlazarse con vías ya construidas: En Bolivia existen dos tramos independientes que cubren 3 700 km. Se requerirían 1 800 km. más de vías para enlazar Ilo con Santos. Una tarea que, calcula Molinari, llevaría 5 años.

Un ambicioso, pero costeable gran proyecto

El ingeniero conoce muy bien Sudamérica. Hace 20 años trabajó como ingeniero en Colombia. Hoy dirige, desde Winterthur, Suiza, la empresa Consulting- und Engineeringfirma Molinari Rail y coordina proyectos férreos en todo el mundo.

TREN EVO
Junto con el consejero alemán Martin Herkströter, Molinari tiene la tarea de administrar proyectos, desde la idea hasta la realización, con apoyo de un grupo de expertos, capaces de poner en pie conceptos de gran envergadura. Esto implica también convencer a los inversionistas de su participación.

Bolivia

Desde que asumió la presidencia, en enero de 2006, Evo Morales dirige una reforma económica centrada en la explotación de gas, petróleo y minerales.

Aun cuando la estatificación dirigida por Morales se ha criticado desde el exterior, la población local ha mejorado su calidad de vida, gracias a esta política económica. También las líneas férreas volvieron a manos del Estado con la llegada de Morales al poder, antes dirigidas por empresas estadounidenses y chilenas.
El plan boliviano férreo no es un sueño que no pueda obtener los recursos de financiación necesarios. El Estado cuenta, gracias a la industria de gas, año con año 4 000 millones de dólares. “El dinero está”, indica Molinari. Y el deseo de establecer una buena infraestructura de transporte, aparentemente, también.

El año pasado, una empresa austríaca construyó la mayor red funicular urbana del mundo, en la capital, La Paz, que se extiende entre los 3 300 y los 4 000 msnm. Con este proyecto, góndolas llevan a la población más pobre de El alto al centro capitalino en solo unos minutos. Antes, para llegar a sus sitios de trabajo, estos habitantes desfavorecidos debían viajar en minibuses por horas a través de un tráfico.

El hecho de que el previsto trayecto no pase por la región más estrecha sudamericana, en el territorio chileno, sino por Perú, tiene una buena razón: La Paz se disputa con Santiago, desde hace décadas, por una salida soberana al mar. Chile, en la Guerra del Guano y el Salitre, contra sus dos vecinos, dejó a Bolivia sin salida marítima en 1879. Desde entonces este país andino, junto con Paraguay son los únicos sin costa en el Cono Sur americano. No solo por el turismo, sino, sobre todo, por la economía significa una gran limitación. Con una línea férrea que conduzca al mar, al menos se facilitaría este acceso, vía Perú, al comercio marítimo.

Reorientación es la cuestión
Además, el tren debe tener prioridad sobre el tráfico carretero y no al contrario, como ha sido el caso en las últimas décadas, en las que se han descuidado las existentes vías férreas. “Con ello no se puede llegar lejos”, opina Molinari. Los costos son muy altos para el transporte mercantil de este modo.

Pero los europeos no son los únicos interesados en este proyecto. China también. Molinari defiende: “Alemania y Suiza gozan de una excelente reputación férrea”. Juntos, estos países ofrecen un alto nivel de ingeniería aplicada, una gran experiencia en el ámbito de la construcción y, especialmente los suizos, un conocimiento práctico evidente en la construcción férrea en zonas de montaña.

El trayecto pensado recorre inevitablemente la cadena andina con sus cumbres de hasta 6 500 metros de altura: “Esto se logra solo con un ferrocarril de cremallera”, indica el ingeniero suizo. Con este sistema se pueden realizar sin complicaciones pendientes con un cálculo diferencial de hasta 20%. Una de las pocas empresas que aún construye este tipo de sistemas es la helvética Stadler Rail. “Incluida en nuestra oferta”, confirma el experto.

Puestos de trabajo locales
A diferencia de la competencia china, los europeos ofrecen la transferencia de conocimientos, esencial para el mantenimiento en manos locales del proyecto. Con el ejemplo del sistema dual de formación, deben ofrecerse in situ formaciones para los trabajadores locales que se ocupen de mantener y administrar las líneas férreas. Entre 6 000 y 8 000 puestos de trabajo deben crearse a través de este sistema educativo. Para Bolivia, este punto tiene suma importancia. En semanas próximas, Bolivia recibirá un estudio de factibilidad por parte del equipo de Molinari, y poco después, los planes y el presupuesto final. “Contamos que tendremos una decisión cuando el presidente Morales realice su visita de Estado a Alemania a mediados de este 2015”, indica Martin Herkströter. “Hay buenas oportunidades de obtener una respuesta positiva”, asegura. Para finales del verano conocerán la respuesta sobre su propuesta.
Traducción del alemán: Patricia Islas

(swissinfo.ch)

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