Adoptando a mediados del pasado mes de julio una vasta reforma del sectorenergético, el gobierno de Mariano Rajoy ha dado la vuelta a la tortilla en cuanto a la promoción de las energías renovables, en un momento en que España suele citarse como modelo en la materia.
Con el fin de reducir el déficit energético, la diferencia entre el coste deproducción y de distribución de energía, y su precio de venta, que se ha inflado de manera exponencial estos últimos años hasta alcanzar los 26.000 millones de euros, el Ministerio de Industria ha decretado una bajada drástica de las subvenciones otorgadas para la producción eléctrica de origen solar, y eólica, más costosa que la que se consigue de las centrales de carbón o nucleares.
En total, cerca de 750 millones de euros de gasto público podrían ser economizados en 2013. A partir de 2014, un sistema llamado de “rentabilidad razonable”, fundado sobre un margen anual del 7,5% será establecido.
Los productores de energía verde afirman que esta cifra no tiene en cuenta los impuestos, ni los costes financieros, y que sus beneficios reales son menores.