Edición Genómica Agrícola. *CRISPR* en VEGETALES. Ecuador señala sus Beneficios

EDICIÓN GENÓMICA EN SUDAMÉRICA

por Alfredo Saltos Guale       masguale@yahoo.com       PUBLICADO EN   EL UNIVERSO GUAYAQUIL

El método de mejoramiento de vegetales denominado edición genómica ha dado pasos firmes para asegurar la provisión de alimentos. Las formas convencionales tomarían mucho tiempo, mientras el hambre galopa. Se pretende con esta tecnología lograr variedades de altos rendimientos, resistentes a plagas, enfermedades, exceso de humedad y sequías, necesitando un tiempo no mayor a cuatro o cinco años para hacerse realidad, en tanto que otras tardarían cuando menos una década. Su adopción depende del grado de apertura que ofrezcan las comunidades y el sector estatal a la biotecnología, fuente de solución a las limitaciones de las sociedades para alimentar a los pueblos.

La apertura al conocimiento científico tiene que ser amplia, sin cortapisas ni complejos de ninguna índole a los avances, ni regulaciones absurdas que persisten en la Unión Europea equiparándolas a las que rigen los bienes agrícolas transgénicos, cuando los productos resultantes de edición genética no involucran intercalación de genes extraños, con la particularidad de que responden sin inmutarse a pandemias incontrolables, pudiendo aumentar la productividad, conservando las cualidades del ser que ha sido modificado, pudiendo neutralizar u ocultar rasgos negativos y evidenciar los buenos; así podrían actuar las plantas frente al mal de Panamá en las musáceas comestibles, manteniendo incólumes las virtudes del Cavendish, predominante en los centros de consumo mundial.

Tiene adeptos por todas partes, como la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove), de España, que indica que es el momento de “adaptar a toda velocidad las variedades a estas nuevas circunstancias”, convencida de que esa forma de impresión genética Crispr (popularizada como “corta y pega”) entrega mucha precisión y rapidez, como la naturaleza lo haría espontánea pero lentamente hasta alcanzar semillas de superior rendimiento, entre otros atributos. Lo expuesto fue el tema central del congreso mundial de semillas reunido en Barcelona del 16 al 18 de mayo, que reivindicó esa actividad para uso comercial.

Latinoamérica y Ecuador no son indiferentes a este hallazgo. Ya Chile y Colombia lo han experimentado con prometedores pasos a próximos descubrimientos en tomates nutricionalmente enriquecidos. Argentina está sembrando sus primeras papas editadas que no se oxidan. El CIAT colombiano y Cinvestav en México y universidades de la región trabajan en plátano, piña, arroz, fréjol y mandioca, volviéndolos más rentables y apetecidos. Costa Rica invierte sin recato para identificar y multiplicar un arroz que soporte la sequía que trajo consigo el cambio climático.

En Ecuador, Iniap, desde el impulso del anterior ministro de Agricultura, ejecuta con fortaleza programas que culminarán con la identificación de un banano Cavendish blindado con estructuras genéticas que lo tornen resistente a fusariósis, única alternativa para enfrentarla luego de la ineficaz prevención en otros países; tarde o temprano se hará notoria en nuestro medio, el peligro sigue latente por la fuerte infección en Colombia y Perú, casi colindando con plantaciones de la verde provincia de El Oro. (O)

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