CAMBIO CLIMÁTICO MUNDIAL. GASES TÓXICOS. POSICIONES,DESDE 2004 a 2014

2004
EE.UU. ratifica su postura negativa a firmar protocolo sobre emisión de gases tóxicos.

Martín Murphy
BBC Mundo, Argentina

La X Cumbre sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, COP 10, que este año – 2004 – se realiza en Buenos Aires, ha comenzado de la misma manera que finalizó la anterior edición, es decir, con varios países presionando a Estados Unidos para que ratifique el Protocolo de Kioto sobre emisión de gases tóxicos.
Estados Unidos no ha ratificado el Protocolo de Kioto.
Estados Unidos es el mayor contaminante en el nivel mundial y, al contrario de otras naciones desarrolladas como Japón y los pertenecientes a la Unión Europea, se rehúsa a firmar el acuerdo por temor a causar graves daños a su economía.

«Estamos dispuestos a seguir trabajando y cooperando con otros países, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales para alcanzar nuestros objetivos, pero siempre preservando el desarrollo económico», declaró el delegado estadounidense en la COP 10, Harlan Watson.

Watson indicó que su gobierno está aplicando su propio planes para manejar la energía de manera eficiente, y que su país ha logrado bajar las emisiones en el 4% sobre los niveles de 1990.

Washington asegura entender la gravedad del problema del cambio climático y explica que su negativa a firmar el Protocolo de Kioto se basa en que simplemente no está de acuerdo con las medidas para combatirlo estipuladas en el documento.

Cuestión de fondo

En el centro de esta discusión yace una cuestión de fondo, sobre la cual no todos los expertos están de acuerdo: la relación entre cambio climático y desastres naturales.
El desarrollo económico resulta esencial para adoptar medidas que combatan el cambio climático

Harlan Watson, delegado de EE.UU.
Que las lluvias torrenciales ocurren con mayor frecuencia y potencia, al igual que las sequías y los tornados, no cabe duda. Pero todavía no existe un consenso general sobre su relación con el cambio climático.

Según pudo saber la BBC, delegados de varios países se han mostrado molestos porque consideran que Estados Unidos intenta bloquear las discusiones sobre ese posible vínculo.

Washington también ha dicho que es demasiado prematuro hablar de las medidas que deberán ser adoptadas cuando expire el Protocolo de Kioto en 2012.

Medio ambiente y economía

La posición de Estados Unidos contrasta con la adoptada por países como Alemania, que al igual que los demás miembros de la Unión Europea ha firmado el Protocolo de Kioto.

Hay dos temas importantes (…) uno es cómo nos adaptamos al cambio climático, porque es algo que ya está sucediendo, y el otro es cómo frenarlo

Ursula Fuentes, delegada de Alemania
«Hay dos temas importantes en esta COP 10», señaló a la BBC Ursula Fuentes, representante del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania.

«Uno es cómo nos adaptamos al cambio climático, porque es algo que ya está sucediendo, y el otro es cómo frenarlo», explica.

Pero la diferencia de posturas entre Estados Unidos y Alemania también puede verse bajo otra óptica.

El país europeo es responsable del 7,4% del total de emisiones de gases tóxicos a la atmósfera, mientras que la cifra correspondiente a Estados Unidos asciende al 30%.

Por lo tanto, según afirma Washington, el impacto del Protocolo de Kioto sobre su economía no sería el mismo que el que sufre la Alemania.

Protocolo polémico
Greenpeace reclama medidas más severas para reducir las emisiones.
El Protocolo de Kioto, que limita la emisión de gases tóxicos en los países firmantes, finalmente entrará en vigencia en febrero del año próximo.

Esto fue posible luego de que Rusia, otro de los grandes contaminantes, firmara el documento en septiembre del año pasado, con lo cual se llegó al mínimo necesario para que el protocolo entre en vigor.

Pero esto no quiere decir que los grupos ambientalistas estén satisfechos con el trabajo realizado por los gobiernos del mundo para combatir el cambio climático.

Agrupaciones como Greenpeace, que ha montado un arca de Noé frente a la sede de la cumbre en señal de protesta, reclaman medidas más contundentes y critican muchos de los mecanismos de reducción de gases tóxicos estipulados en el protocolo.

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2014

«Como presidente, como padre y como americano, estoy aquí para decir: tenemos que actuar». Barack Obama presentó así este martes su plan para combatir el cambio climático. Con su presidencia atascada en varios otros asuntos, Obama quiso al menos impulsar su agenda en este campo. Para ello reunió algunas iniciativas ya anunciadas en su primer mandato y propuso nuevas metas, en un plan que en principio no requeriría la aprobación del Congreso, que ya anteriormente ha cuestionado propuestas medioambientales de Obama.

El presidente estadounidense soslayó el punto más polémico: el controvertido proyecto privado de un gran oleoducto, conocido como Keystone XL, desde Canadá hasta Texas, sobre cuya aprobación la Administración ha retrasado cualquier decisión. Obama indicó que para dar luz verde al proyecto primero debería garantizarse que no contribuye a aumentar los niveles de dióxido de carbono. El plan de Obama se compone de tres partes: reducir las emisiones contaminantes, preparar Estados Unidos para el impacto del cambio climático y liderar los esfuerzos internacionales sobre la materia.

En cuanto a la reducción de gases contaminantes, Obama mantiene el compromiso expresado en 2009, a su llegada a la Casa Blanca, de haber reducido para 2020 un 17% el nivel de emisión gases de efecto invernadero de 2005. Estados Unidos espera alcanzar esta meta con la batería de medidas anunciada por Obama en su discurso, retomando iniciativas ya anunciadas y avanzando otras nuevas. Así, existe el propósito de acelerar la producción de energías renovables. La Administración promoverá la generación de 10 gigawatios de energía limpia en suelo público para 2020, que se añadirá a la misma cantidad ya puesta en marcha los últimos años. Parte de ese esfuerzo lo debe realizar el Pentágono, que es el mayor consumidor energético de Estados Unidos.

En la promoción de energía limpia –investigación, desarrollo e implementación–, la Administración piensa invertir el próximo año 7.900 millones de dólares, lo que supone un incremento del 30%. Aparte de esto, se concederán créditos de 8.000 millones de dólares para proyectos de energía fósil avanzada, como los destinados a capturar y almacenar emisiones de dióxido de carbono de las plantas que queman carbón y gas natural. Entres otras metas específicas que deben concretarse, Obama anunció la inmediata consideración de los requisitos de consumo energético de los vehículos para el periodo 2014-2018, dentro del objetivo ya establecido de una eficiencia energética de 87,7 kilómetros por galón (3,7 litros) de combustible. También se han puesto un calendario para que la Agencia de Protección Medioambiental fije las normas de emisiones contaminantes para plantas de producción energética ya existes y para las nuevas que vayan a crearse.

De los otros dos capítulos del plan presentado por Obama, el menos concreto es el referido a la cooperación internacional, que en todo caso reserva 7.000 millones de dólares para ayudas a países en vías de desarrollo, aunque no está claro qué parte de ese dinero son fondos ya comprometidos.

La tercera pata del plan, la preparación del país para los efectos del cambio climático, en realidad es una cajón de sastre de proyectos básicamente de infraestructuras, como la construcción de puentes, la mejora de vías de comunicación y la adecuación de zonas propensas a inundaciones.

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